Despertar
Despertar. Continúas con el sueño en el que todo está bien o todo está mal. Sientes el vacío que te obliga a separarte de la sábana contra tu propia voluntad. Orinas. Te miras en el espejo. Sol amarillo. Te cae en la cara formando rectángulos. Te acuerdas que es verano. Te vuelves a acostar. No piensas en nada. Tienes un sabor amargo en el paladar. Te acuestas. Continúas acostado. Te levantas. Combates el dolor de cabeza. El sol sigue penetrando la habitación a través de las cortinas mal cerradas. Sientes el intestino repleto. Caminas hasta el baño descalzo. Sientes las losetas frías. Te quitas el pantalón. Te sientas en el inodoro. Defecas mientras piensas en ella. Aburrido. Aunque pensar en ella es algo muy tuyo y aunque no lo quieras y pensar en ella te hace sentir bien. El problema es que es tan aburrido. Te limpias el culo y te pones de pie. Frente al espejo tienes la cara hinchada. Por las ventanas de tu baño puedes ver el cielo azul y los árboles. Te hurgas una oreja y descubres cerilla y arena de hace más de dos meses. Decides meterte a la ducha. Durante la ducha te sientes mejor que otros días. Por la ventana todavía se ve el cielo azul. Es mediodía. Cuando sientes el primer chorro de agua helada, lanzas un grito y pasan segundos hasta que te vas acostumbrando. La lucidez regresa. Pasas el jabón varias veces por todo tu cuerpo. Ahora sales a buscarla. Es verano, y en la calle las cosas parecen brillar, los automóviles son esferas brillantes que van de un lado a otro a toda velocidad. Tú sales cargado de voluntad, pero a la mitad del camino te acuerdas de algo y tienes que estacionarte junto a esa banca y esperar. Flasback. Es diciembre y está por acabar el colegio. Nunca tuviste valor para sacar a bailar a la chica que, según tú, es la chica más bonita de la promo. Ahora ella se sienta frente a ti y es la chica más bonita no solo de la promo sino del mundo entero, y piensas que tal vez puede ser que ella esté esperando que tú seas quien la saque a bailar, porque ella todavía no tiene pareja con quien ir a la fiesta de graduación, y tú piensas que tal vez, puede ser, ella esté esperando que seas tú quien la invite a bailar. Pero eso no sucede. Y a la chica más bonita de la promo no la volviste a ver hasta aquel día, en segundo ciclo, cuando te la encontraste camino a tu casa, en aquel bus, y ella ya no era sólo la chica más bonita de la promo sino del mundo entero.
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